El Tour estallará como una olla

El Tour ya ha viajado por media Francia, y hasta más. Salió de Mónaco, recorrió la Costa Azul, entró en Cataluña, regresó por los Pirineos y ahora se encuentra en mitad del país. Van 1.700 kilómetros y aún no ha pasado nada. Tal es así que catorce de los veinte equipos participantes mantienen 25 corredores a menos de cinco minutos del líder, y tras éste, cuatro ciclistas del Astaná merced a la crono por equipos disputada hace ¡ocho días! Desde entonces no sucede nada. Y ya quedaron atrás las cimas de Andorra y el Tourmalet, escenarios en ocasiones anteriores de tremendas gestas. Ante semejante placidez, no llega a estar Contador y ahora mismo el favorito para ganar el Tour sería Armstrong sin haber dado una pedalada de más.

Será porque todos esperan a que se desencadene la batalla entre Armstrong y Contador, porque todos rinden vasallaje al poderío del Astaná o porque sin dopaje muchos dudan de sus propias fuerzas, el caso es que hay calma chicha en el pelotón. Mas una calma chicha preludio de la gran batalla. Contador, Armstrong, Klöden, Leipheimer, Schleck, Sastre, Evans... todos llevan meses preparando el Tour. Mantienen las fuerzas intactas, porque el desgaste está siendo mínimo. Tiene que llegar el día en que exploten. Lo están deseando. La presión no se puede aguantar tanto tiempo. Y ese día se va a armar. La cuestión es quién prenderá la mecha. Todos esperan que Armstrong o Contador. Y mientras no llegue ese día...