Tras quince aburridas etapas, ayer vivimos ciclismo de alto nivel y a un gran protagonista. Alberto Contador ha atacado como sólo Bahamontes, Julio Jiménez y Fuente sabían hacer. Ha demostrado quién es el más fuerte de este Tour y también ha sido muy inteligente. Salió como un misil porque sabía que si Andy Schleck le cogía rueda no le iban a dejar colaborar, porque supuestamente podría perjudicar los intereses del equipo. Pero supo ver el momento en que Andy estaba descolocado y salió tan fuerte que no encontró capacidad de respuesta. Armstrong no le respetó, jugó sus opciones, tiró para no perder terreno e incluso Klöden le ayudó. Lance también hizo una buena etapa, pero pagó el esfuerzo y al final fue sobrepasado por otros siete corredores, entre ellos Carlos Sastre, que en un puerto que no iba muy bien a sus características supo ir de menos a más, como siempre, y completó una formidable ascensión.

Pienso que Bruyneel ya debe tener claro que Armstrong no está en condiciones de ganar el Tour. Otros lo han visto y por eso le han atacado. Estoy convencido de que en los próximos días esos mismos van a volver a atacar desde lejos para sacar al texano del podio e incluso desbancar a Contador. Pienso en los hermanos Schleck, en Evans y sobre todo en Sastre, que es el más peligroso para Contador. Pero Alberto está ahora en una posición muy ventajosa y es de esperar que a partir de ahora tenga el apoyo total de su equipo. Si le llevan sin problemas al último puerto, él hará el resto. Contador ha sido muy fuerte para aguantar la gran presión que ha sufrido dentro de su equipo.