Vuelve el entrenador sensato

Vuelve el entrenador sensato

En la Liga ahora van a coexistir dos lenguajes sensatos, e incluso tres, si juntamos a Valverde en el trío. Hay otros, pero me fijaré en estos. Uno es Jorge Valdano, que ha convertido el festival de fichajes que ha hecho este verano el Real Madrid en un discurso de lógica matemática. Y el otro es Guardiola. Su aparición de ayer es un ejemplo de sobriedad y de estilo. Afrontó la espuma de los fichajes con lo que es esencial en un caballero del fútbol: sin ataques espurios al contrario, y sin presumir de no haber hecho lo mismo que el adversario principal.

Además, para hablar de lo suyo -Etoo, Ibrahimovic- fue capaz de recurrir a la sinceridad sensata; huyó de las bravatas y sólo dijo lo que podía decir: que, en efecto, Etoo debe dejar el Barça porque su espíritu y el del equipo van por sitios separados, y no quiso decidir nada del posible sustituto de Samuel porque los entrenadores no hablan de lo que no tienen todavía bajo sus órdenes. Pep parte de la sensatez; con ella consiguió que un equipo que andaba cabizbajo inicie la temporada como el mejor del mundo.