Apostaba por los nuestros, por los españoles, pero cuando te tienes que jugar un título en los penaltis ya no hay juego de waterpolo, sino habilidad y suerte. No le quiero restar méritos a los serbios, pero España mereció también la medalla de oro. Es de aquellos partidos en los que nadie merece perder. Para mí, la clave de que se llegase a los penaltis fue que nuestro juego interior no estuvo tan bien como otras veces. Nuestros boyas se fajaron, pero su defensa (con alguna ayudita arbitral) les atenazó.

Esta Selección tiene futuro, lo decíamos antes de la final. Que caigas en una final entra dentro del juego. Nosotros perdimos dos seguidas, en Perth'91 y en Roma'94. La primera , precisamente contra Yugoslavia, que entonces era Serbia y Montenegro. La de Roma, con Italia. Tuvimos que esperar otra vez a Perth, en 1998, para poder ganar el oro, esta vez contra Hungría. En la siguiente edición, Fukuoka'01, nos vengamos de Yugoslavia. ¿Qué pasa ahora? Pues que habrá que llegar a otra final para intentarlo de nuevo. Serbia nos la tenía jurada desde hace dos años, cuando (yo ya no estaba en el equipo, claro), les quitamos el bronce en Melbourne. Allí también hubo que llegar a los penaltis. Salió cara. Esta vez, Roma nos ha vuelto a salir cruz. Espero que en el próximo Mundial, Shanghai 2011, les devolvamos la pelota. Y si no, en los JJ OO de Londres 2012.

Dani Ballart fue campeón olímpico y mundial. Sigue en activo, a los 36 años, en el CE Mediterrani de Barcelona.