Bolt se ha convertido en leyenda

Bolt se ha convertido en leyenda

En algún lugar del universo está escrito que Usain Bolt nació para ganar y que lo hizo con varias generaciones de adelanto sobre el horario previsto. "Quiero ser leyenda", aseguraba hace poco Bolt. "Algún día correré en 9.40 y en ese momento se parará el mundo". No hace falta. Con 9.58 el planeta ya dejó de girar ayer, y todo pareció insignificante ante la gesta que Bolt, que la raza humana, protagonizó en el mítico Estadio Olímpico de Berlín. Los estudios biomecánicos (mañana realizaremos uno personal tras haber grabado la carrera a 300 imágenes por segundo), nos darán las claves del récord del mundo de Bolt. Pero de entrada, creo que hay destacar varias cosas con respecto al récord de Pekín. El tiempo de reacción es mejor, lo que ya habíamos visto en semifinales. También su aceleración. Probablemente habrá llegado a 40 km/h en tan sólo 30 metros.

Mantiene una velocidad máxima nunca antes vista durante más de 30 metros y no desacelera voluntariamente al final de la carrera, porque esta vez si tuvo rivales y Tyson Gay estaba corriendo más rápido que nunca y casi como Bolt en Pekín. En semifinales Bolt realizó 40 zancadas y en la final 41. Igual que en Pekín. Ese cambio es bueno, porque hace que aumente su frecuencia que esta vez ha sido 4,27 pasos por segundo. Y el ligero viento a favor también ha ayudado con respecto a Pekín, aproximadamente en cuatro centésimas. Pero lo mejor de todo es que nadie puede decir que ha visto algo que quedará en las listas de récords por muchas décadas. Para el jamaicano no hay límites.