Malo si no hablamos de fútbol

Malo si no hablamos de fútbol

Quien esto escribe sudó la gota gorda viendo entrenarse a los jugadores del Málaga. Normal. Un año soportando en el Betis las sosísimas sesiones de Paco Chaparro, más dulzones que Heidi, me habían amuermado. Juan Ramón Muñiz es un entrenador intenso, que no permite que nadie se relaje y además tiene a todos sus jugadores concentrados en el trabajo sin que por eso se pierda el buen ambiente. Ese buen ambiente que ha hecho del Málaga un grupo. Nos detenemos en Nabil Baha. ¡Un fenómeno! Cuando estaba bien marcaba goles. En sus horas más bajas jamás desentonó. Luchaba, peleaba, trabajaba e incordiaba a las defensas rivales. Me recuerda mucho al Tanque Pavone, otro tipo honesto que merece mucho la pena.

S upongo que lo pasó mal el pasado sábado con el rifirrafe que tuvo con el jugador del Marbella Carlos Arias. Nunca son de recibo los insultos. Incluidos los racistas. Tampoco se entiende que un partido amistoso entre dos equipos malagueños termine como el rosario de la aurora. Muy mal ese escaso sector de público que le gritó al Málaga "¡A Segunda, a Segunda!" Fatal. Supongo que, tanto Baha como Arias lo habrán pasado mal. Estos sucesos, por desgracia, adquieren demasiada trascendencia mediática. Si no hablamos de fútbol, mala cosa.