Como conviene ser honradillo llamé a la Argentina para que la Cátedra de allá (Menotti, Cappa, varios colegas) me informaran sobre Forlín, que está por llegar al Espanyol. Le he visto jugar una vez, luego mi desconocimiento sobre él es casi absoluto y ustedes merecen un respeto: que opinen los que le conocen. Todos coincidieron en afirmar que es un joven proyecto de buen central y que puede valer en blanquiazul. Es cierto también que le seguían otros clubes europeos y suponen allí que la buena mano de Planes en aquel fútbol y la presencia de Pochettino han pesado para que la operación esté así, a punto de cuajar. Hombre/mujer, el chico no estará lo que se dice solo. El Espanyol podría formar cualquier día (en enero, cuando Kameni se vaya a la Copa de África) una zaga con Cristian, Pillud, Pareja, Roncaglia y el propio Forlín. Podría ser el Espanyol, Boca, Tiro Federal, Estudiantes o cosa parecida.

Y eso me preocupa algo. De chiquito me enseñaron que no sólo todo el mundo es bueno hasta que se demuestra lo contrario sino que la mezcla con gentes de otras latitudes es riqueza pura. Jamás pregunté ni preguntaré a nadie si nació en Vic, Mérida o Rosario y más si llevan mi camiseta. Pero sí pienso que en fútbol es bueno tener identidad propia y no sé muy bien qué hacen por ahí Torrejón, Sergio Sánchez (el mejor defensa de la cantera perica en años), Sielva o Jordi Gómez. ¿Que si hubiesen nacido argentinos igual estarían en nómina? Pues quizá.