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Scariolo nos metió un 46-62

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Tras llevarnos Scariolo al ridículo contra Serbia, ayer estuvo a punto de conducirnos al desastre. Ahí va un dato demoledor de lo que hizo ante Gran Bretaña: en los tres periodos del partido en los que dejó al equipo tranquilo —inicio del primer cuarto, inicio del segundo y cuatro minutos finales—, la Selección totalizó un parcial a favor de 38-14. Hubo continuidad en el juego, confianza en los jugadores y clara superioridad ante un rival manifiestamente inferior. Por contra, cuando jugó a ser entrenador, a sacar y meter jugadores, a controlar el partido con sus decisiones y ser responsable, por tanto, de lo sucedido tras los 24 cambios que hizo, Gran Bretaña anotó 62 puntos y nosotros 46. Una bromita que casi nos cuesta la eliminación.

Un entrenador lo que tiene que hacer es no estropear las cosas cuando van bien. Pero en cuanto Scariolo vio el 14-4 en el marcador quiso lucirse. Comenzó a mover el banquillo pero con decisiones tan extrañas como la de cambiar a Gasol por Llull o quitar a Claver cuando llevaba 12 puntos en 12 minutos. La consecuencia fue que los cambios nunca llegaron a ampliar la ventaja y cuando abusó de ellos —cinco en 2:50 minutos— el equipo se descompuso y quedamos al borde del abismo. ¿Qué hacer? Recurrir a los mejores: Ricky, Rudy, Navarro, Reyes y Gasol, que forman el equipo que cualquiera tiene en mente. En menos de cuatro minutos metieron un 13-3. Mas para eso no hace falta ser entrenador, sólo tener sentido común.