La Selección crece desde la defensa

Se ratifica una vez más un gran axioma del baloncesto: el ataque gana partidos; la defensa gana campeonatos. Crecer desde la defensa. Es lo que pedían nuestros jugadores y lo que empiezan a conseguir, lo que puede marcar el ansiado despegue de nuestra Selección en el Eurobasket. El motivo es doble. Una buena defensa no sólo limita al rival sino que fortalece al equipo que la practica. Para defender bien se requiere intensidad, concentración y agresividad. Los jugadores se meten a fondo en su labor y eso repercute también en la ofensiva. Así es como ha cambiado la imagen española en el campeonato. El requesón empieza a endurecerse.

A la mejoría colectiva se añadió el resurgir de algunas individualidades. La superioridad de Gasol, los tiros libres de Navarro, los robos de Ricky Rubio, los fantásticos rebotes en ataque de Felipe Reyes... Ha sido únicamente la primera alegría, el primer golpe de autoridad, pero España ha dado el primer paso para reconocerse a sí misma. Quedan algunos problemas que solventar. El rebote defensivo es muy débil, sin duda por la escasa nómina de pívots, y la dirección de juego permanece insegura. No se gestiona bien el ritmo del partido. A esto hay que añadir el mal momento de ciertos jugadores, cuya presencia en el equipo no está muy justificada.