E l españolismo nunca dejará de sorprendernos. Ayer nos contaron esta historia: en Palma vive un señor que de niño se hizo perico, creció y se instaló allí. Un día, de chaval, la familia le regaló un escudo de oro y brillantes del Espanyol, que guardó siempre como oro en paño. Se casó y tuvo una hija a la que lo blanquiazul pilla un poco lejos. En cierta ocasión se preguntó qué sería del escudo cuando él faltara. Y decidió regalárselo a Raúl Tamudo, convencido de que no puede estar en mejores manos. La semana que viene le hará la entrega, no quiere esperar más.

A Ben Sahar, Callejón y Marqués hay que desearles que un día alguien les regale un escudo con el sentimiento que el señor de Palma lo hará con Raúl. Sería la mejor señal de que han triunfado no sólo en el campo sino en el corazón de los pericos. Tienen cualidades para conseguirlo y parece que su hora en el equipo está por sonar. No diré que en bloque, pero sí hoy uno, mañana el otro... y hasta el día que se queden. Los tres fueron buenas apuestas jóvenes y en los tres tiene aquí un servidor confianza para ya. El equipo necesita ganar ya, claro, pero también un revulsivo. Y lo tiene en casa. Estos tres y otros. Son carne de escudo..,.