Los primeros chispazos de la temporada nos confirman el nuevo salto de calidad que ha dado el equipo. Después de un par de campañas con fichajes cuestionables, el Sevilla ha apostado sobre seguro con la proyección de Sergio Sánchez, que apunta a ir a más, la experiencia y seguridad de Zokora y la calidad goleadora de Negredo. Los tres apuntalan de verdad al grupo y permiten que las rotaciones no desequilibren las fuerzas.

Queda toda una vida por delante, pero el trabajo de Monchi parece certero. Estos tres tipos metidos en un saco junto a Adriano, Capel, Perotti, Luis Fabiano, Kanouté, Renato, Palop... son una bomba. Ahora todo queda en manos de Jiménez, que deberá manejar con inteligencia y efectividad la extraordinaria profundidad de banquillo. Los cambios le salieron bien, por lo que es merecedor del elogio. El técnico debe fortalecer su filosofía con los resultados positivos y no dejarse llevar por las dudas y las críticas cuando aparezcan las inevitables curvas. Eso sí, más pronto que tarde, deberá conseguir que este equipo sea capaz de mandar con autoridad. Es el próximo paso para seguir creciendo.