Ferguson ya pasó por lo mismo

Ferguson ya pasó por lo mismo

Cuando hace un año Cristiano se negó en primera instancia a ser sustituido ante el Manchester City en un parón del encuentro, con el partido casi ganado y casi acabado, Ferguson sabía que había metido la pata. Le cogió del brazo y le rogó que saliera porque era consciente de que al portugués no le gusta que le sustituyan cuando ve débil al rival. La rebeldía de Cristiano creó ruido toda la semana y él estuvo de morros. A veces, pero no a menudo -concluyó el técnico escocés en privado-, hay que ser un poco menos científico y un poco más permisivo con el futbolista. A veces hay que dejar, por ejemplo, que Messi no juegue con el Sporting y se vaya con Argentina. A veces hay que entender que algunos jugadores alimentan su motivación con objetivos individuales.

Está claro que Cristiano juega los partidos en clave colectiva pero también personal e igual Pellegrini debería dejarle que acabe los partidos y, como ha hecho siempre, engorde sus estadísticas goleadoras al final de los mismos. A no ser que el chileno entienda que por encima de todo ello hay una idea colectiva innegociable. A no ser que vea, tan pronto, la necesidad de imponer su idea de club a un jugador tan temperamental.