Bodipo le ha dado muchas vueltas a la almohada desde que una semana antes del cierre de mercado veraniego Lendoiro le pusiese el cartel de 'se vende'. Tras noches de insomnio, ha llegado a la conclusión más lógica: 'No es para tanto'. Y no lo es porque no es nada personal, ni tiene que ver con su número de goles, y menos con su entrega; simplemente tiene que ver con su nómina y su largo contrato. En la Plaza de Pontevedra hay un veto a las fichas altas, y la prioridad para colocar futbolistas es el número de ceros que se ingresan en su cuenta a fin de mes.

El club estaba, está y estará en economía de guerra. De los 12 millones presupuestados en traspasos, sólo se han ingresado 2.200.000 euros por Lafita, Cristian y las cesiones de Rubén Castro, Álex y Aythami. Hagan cuentas. Bodipo, al igual que Lopo o Riki, tienen billete de salida, y a poco que alguien ponga interés, algún euro me refiero, Lendoiro les sellará el billete de salida. Bodipo lo sabe, porque además desde el propio periódico del club se insiste, una semana sí y otra no, con las ofertas de Segunda que llegan por él. Ya saben, cuando el río suena...