A pesar de jugar sólo 26 minutos, Cristiano Ronaldo demostró ayer que su presencia en Portugal marca diferencias. Tanto por el peligro que crea como por la estabilidad que da a los compañeros. Se le puede recriminar que no haya marcado en la fase de clasificación, pero cuando no está en el campo su equipo no es el mismo. Fue una noche de sufrimiento para él, porque para haber pedido el cambio su cuerpo tuvo que llegar al límite. Jugó por encima de sus posibilidades, se implicó en cada jugada, en cada pase y en cada carrera. Logró sacar lo mejor del resto de la selección, como el primer gol del Simao, quien tras la salida de Ronaldo bajó su rendimiento. Después le tocó sufrir como al resto de portugueses hasta que Liedson marcó el gol de la tranquilidad y Simao el que sentenció el partido.

Ya lo había avisado Queiroz, su equipo juega mejor bajo presión, algo muy característico de los portugueses. La selección lusa ahora depende de ella misma y Malta no tiene debe dar muchos problemas. Si las cosas sonríen a Portugal, Cristiano podrá demostrar, tal y como él mismo ha dicho, que ha reservado sus goles para marcarlos en el Mundial. Esperamos que así sea.