La cantera, la misión y el éxito

La cantera, la misión y el éxito

Dijo Valdano en el último Foro Ferrándiz-AS que el Real Madrid tenía un centenar de canteranos repartidos en Primera División y en las grandes ligas europeas. Lo hizo para demostrar con datos que la cantera funciona porque produce jugadores de calidad y el argumento sería irrebatible si el objetivo de la cantera fuera nutrir a los grandes clubes del continente. Pero no lo es, según creo. Su misión consiste, más bien, en formar futbolistas para el primer equipo, de manera que los aciertos no deben medirse por los que salen, sino por los que se quedan.

R eferido al tema que me rodea, detecto últimamente otra peligrosa manera de medir el éxito: a través los canteranos que vuelven. Se entiende, en esos casos, que el club salda una deuda sentimental al tiempo que cubre una necesidad deportiva.

Pero cuidado porque la estadística no respalda ese impulso romántico. Basta repasar el cuadro que completa esta página para advertir lo difícil que resulta constatar un regreso triunfal en los últimos diez o veinte años. Hace falta remontarse tres décadas para señalar retornos indiscutibles (Del Bosque, Velázquez, Benito...). Algo falla, por tanto. Algo que tiene origen en el modo de selección, en las entrañas de la Fábrica. No hay que buscar buenos jugadores, sino jugadores para el Madrid. Y en este último punto radica el éxito o el fracaso de la misión.