Cómo le gusta hablar a Al Fahim. Pero seguro que no insistió mucho en el hecho de que sólo cuenta con el diez por ciento de las acciones del Portsmouth tras hacer negocio con el club. Al Fahim lo compró en agosto y lo vendió seis semanas después a Ali Al-Faraj con un jugoso beneficio. Este último tiene intención de ganar unos cuantos millones y está negociando con un par de millonarios israelíes que podrían reemplazarle. Lo que se temía está ocurriendo: la Premier, la liga más rica del mundo, está cayendo en manos de empresarios extranjeros que ni les preocupa el club ni los que pagan.

La mitad de los clubes ingleses están en manos extranjeras y con la llegada del foráneo entra también la despreocupación por cómo se han hecho las cosas hasta ahora (tradición) y por el sentido comunitario que une a los aficionados. Unos compran el club con el dinero que sacan al endeudarlo; otros, lo hacen porque esperan que una liga tipo NBA les haga ricos para siempre; y otros más, con sonrisa maquiavélica, hablan de inversiones, de fichar, de esto y de aquello pero en realidad están en el negocio del fútbol para hacer su agosto. Creo que queda claro de quién se está hablando.