La culpa ahora la tiene Muñiz

La culpa ahora la tiene Muñiz

Hace algunas semanas les escribía una opinión que llevaba por título "Entrenar también es rectificar" donde apuntaba que Mandiá estaba cavando su propia tumba. Que si persistía en los errores estaba sentenciado. Sé que le sentó fatal, que me puso una cruz. No pasa nada, viene en el pack de esta bendita profesión de periodista. Uno tiene que ser ante todo honesto consigo mismo y, sobre todo, en este caso, con los lectores. Y, seguramente, puede ser una opinión equivocada, pero es la que uno tiene. Pues bien, Mandiá ha sido contumaz en el error.

N o ha sabido leer bien la plantilla que tenía entre manos, al margen de sus errores en la estructura del equipo este verano. Que ayer el Racing saliese sin dos delanteros-delanteros, sin presionar al rival la salida del balón, sin morder en el centro del campo y esperando al rival, era estar condenado, una vez más, al mal juego del equipo. Fue una continuación del partido ante Salamanca, o el del Osasuna hace una semana. Todos los partidos son iguales. Planos. Una decepción absoluta. En verano les comenté que me sorprendía el 'mandiísmo' que veía en la ciudad. Lo vendieron algunos medios como el salvador de la patria y muchos se lo creyeron. Cualquiera servía para entrenar al Racing. Peor que Muñiz era imposible. Y esa campaña le hizo doblar las piernas a Pernía. Mandiá hasta en la sopa. Algunos lo vendieron como si fuera Sacchi. Y ahora pasa lo que pasa. Y a Muñiz ya no le pueden echar la culpa. ¿O sí?