El paraíso no es la posesión

El paraíso no es la posesión

El Barça jugó bien; lo hizo contra los elementos, con genio, entusiasmo y cordura, pero no metió gol. La posesión es como la mayor parte de las virtudes, por si solas no garantizan el paraíso. Ahí se quedó, colgado, el resultado del encuentro, como una prolongación del partido ante Osasuna: un equipo intrépido, que trenza bien, que llega adonde tiene que llegar, pero que no disfruta de la gloria en el remate. Hubo un factor, el factor Messi, que convirtió la mala suerte en un síntoma, porque fue Messi quien lo intentó más y, por tanto, fue el que más falló. Puede quedar en la memoria que el sueco Ibrahimovic falló menos: pero lo intentó también mucho menos que el argentino.

Alves falló a veces; le dejaron pelotas peligrosas a los rusos, y eso hizo que Valdés se convirtiera en el mejor. Henry pudo haber marcado. Hubiera sido una paradoja, y una justicia. Pero el equipo se fue desnudo, con el frío que hacía.