Estupenda noticia: Fernando Alonso estará mañana en Valencia para saludar a su afición, ya como piloto de Ferrari, aunque vista de paisano. Su presencia en un evento de la marca italiana es posible sólo gracias a la generosidad de Renault, que ha permitido que el asturiano les dé una alegría a sus seguidores al final de un año en el que no han proliferado. Desconozco si lo hacen cobrando o sin cobrar de Ferrari, pero llegados a este punto me resulta indiferente, porque tampoco creo que desde Maranello hayan enviado una millonada para que Fernando salude unos minutos subido a un coche. Lo que de verdad valoro es que Renault haya entendido que la ilusión de la gente, de los apasionados de la Fórmula 1, está por encima de intereses comerciales.

Ha sido mucho lo que durante siete años hemos compartido en este país con la marca del rombo. Algunos momentos tristes y difíciles, pero en general creo que la sensación que nos queda de este tránsito es la felicidad de los triunfos y los títulos. Ahora quizá nos parezca ya muy distante en el tiempo, pero no está de más echar la vista atrás y recordar lo mucho que disfrutamos con Alonso en esos años gloriosos, incluso los anteriores a los títulos, aquéllos de los primeros podios y victorias, cuando nos sentíamos, porque lo éramos, los dueños del mundo. Por todo ello me habría disgustado que Renault se hubiera despedido de nosotros con una actitud egoísta que no se corresponde con la grandeza de la marca. Pues lo dicho: gracias y suerte...