Creíamos que se iba Pancho...

Creíamos que se iba Pancho...

Tengo un recuerdo imborrable de aquella semifinal con los suizos. Aunque yo todavía era un pipiolo, este humilde servidor ya se había ganado un puesto en el Madrid y tuve el honor de marcar un gol al Zúrich allí en Suiza, con miles de nuestros emigrantes en las gradas, y también en la vuelta del Bernabéu. Aquí les pasamos por encima y fui yo el que abrió el marcador. Alfredo marcó el quinto. Si en ese momento nos llegan a decir que iba a ser su último partido oficial en Chamartín, nadie lo hubiera creído.

Di Stéfano lo era todo para el Madrid. Un símbolo, un líder, un referente. Todos estábamos tristes aquella tarde porque creíamos que sería el último partido de Pancho Puskas. Pero tras la derrota en la final de El Prater todo se torció y lo pagó Alfredo. Fue un shock. Fue una sensación de rabia y tristeza. No se iba cualquiera. Se iba el bastión de las cinco Copas de Europa. El Madrid, como es muy grande, aprendió a vivir sin Di Stéfano y hasta ganamos dos años después la sexta Copa con once españoles en el campo. Pero ningún madridista de bien olvida el legado que nos dejó Alfredo. Su espíritu combativo y su fuerza deberían ser un ejemplo para las actuales generaciones. Un genio...