Tapia no es ningún blando

Tapia no es ningún blando

Antonio Tapia no siguió en el Málaga, entre otras cosas, porque la continuidad de jugadores como Calleja, Goitia, Eliseu, Adrián o Nacho no estaba garantizada. Tapia no habla en voz alta pero analiza. Y tiene personalidad. Reservada y desconocida por muchos, pero personalidad. Es posible que a algunos sectores del beticismo les gustase un Tapia más beligerante, un técnico al que le fuese más la marcha. Pero Tapia sufre en silencio, se las ha visto en peores. Ha estado encerrado en Los Boliches y ha sufrido impagos en Fuengirola. Y sí, el Betis es otra cosa mucho más grande. Pero él se lo dijo a sus íntimos a principio de temporada: "No me voy a acojonar". Y no lo ha hecho. Seguramente el equipo podría ir mejor, jugar más brillante y tener más personalidad, pero lo tiene a una victoria del ascenso. Y eso en este Betis que está en medio de una guerra civil tiene cierto mérito.

Es posible que Tapia empiece a descubrir ahora cómo es el Betis, que conozca cómo es el Lopera que se esconde entre bambalinas, el mismo que ha sacado de sus casillas a cualquier técnico que le hiciese sombra. Ahora le marca el territorio. A Tapia le da igual, él no pretende estar por encima de Lopera, simplemente mira por el bien del equipo y de su trabajo, que es ascender a una entidad con un prestigio gigantesco que se quiebra. Eso es ser hombre de club, no un blando. Tapia pide un delantero porque quiere lo mejor para el Betis. Está por ver si Lopera también. Sólo la duda ya ofende.