La otra herencia de Mandiá

La otra herencia de Mandiá

Esto debiera servir de experiencia al presidente Pernía (eso espero) para no caer en manos de entrenadores que llegan como si fueran Capello, fichan 10 jugadores, descartan otros 10 y luego hay que echarlos a los dos meses. Y el club como un solar. Señor Pernía; hay que dejarse de películas y tener su propio preparador físico, ya sea Cueli, Lucio o el maestro armero, pero uno de confianza, del propio club. Y si el entrenador de turno lo exige, que se vaya por donde ha venido. Ahora a ver quién le pone el cascabel al gato. ¿Cómo va a poder trabajar el nuevo preparador físico, Pau Albertí, si los futbolistas son cristal de bohemia? Menos mal que llega el parón. Bienvenido sea, pero miedo me da enero con nueve partidos oficiales.

El equipo está roto, hecho fosfatina. Los futbolistas caen como moscas en cuanto el preparador físico mete un poco de marcha. Otra de las herencias de Mandiá. Y esto no es opinable, es una realidad. La preparación física de los futbolistas que no jugaban cada domingo con el lucense ha sido un desastre; si no es imposible entender que seis de ellos (Canales, Luis García, Diop, Sepsi, Toni Moral y Crespo) hayan caído por lesiones musculares en la última semana. En cuanto ha llegado Portugal y han jugado un partido, problemas musculares. Y si Mandiá es el máximo responsable, Kike Sanz, el encargado de la preparación física hasta hace un mes, no se puede ir de rositas.