Un portero y una defensa de Segunda

Un portero y una defensa de Segunda

Otra goleada humillante. Otra más. El Zaragoza de Gay quiso tocar y combinar algo más, pero fue al mismo sitio de siempre, es decir, directamente al matadero. Se viene hablando sin cuento de que al equipo le falta un delantero centro, pero cada partido deja más claro el diagnóstico principal: lo que necesita y con urgencia el Zaragoza es un portero y unos defensas nuevos. Gay se estrenó en el Bernabéu con la misma retaguardia de Marcelino y el equipo regresó otra vez cosido a goles. Anoche entraron otros seis en el saco y la colección ya se va a los 35. Sí, 35 en 15 partidos. La hemorragia es de muerte. O alguien pone remedio pronto, o con esta defensa, exactamente la misma que bajó a Segunda División hace un año y medio, el Zaragoza se irá otra vez enseguida al infierno. Se irá sin remedio.

Lo de López Vallejo merece capítulo aparte: no para una y obliga, además, a sus defensas a jugar dentro del área. Todo un suicidio con este Madrid delante. Perder en el Bernabéu entraba dentro de la lógica de este Zaragoza transparente y sin pulso, pero este 6-0 -fueron seis, pero pudieron ser 12- se ha podido llevar ya por delante al bueno de Gay, cuya provisionalidad quizá haya terminado. El Zaragoza tocó ayer fondo y la cosa pinta muy fea. Horrible. La Navidad se va a celebrar en un polvorín en llamas.