Nadie va a discutir la capacidad del Sevilla para cazar tesoros que nadie conoce y rinden a satisfacción. El problema es superarse. Cuando llegó Dani Alves en enero de 2003 tampoco importaba demasiado si de Alves salía un buen jugador, uno mediocre o el mejor lateral derecho del mundo. Fallar no llevaba tanta carga de dramatismo. Los tiempos han cambiado. Es lógico que el Sevilla, más ahora apretado por sus últimos malos resultados, se plantee fichar y explore el mercado. El problema es exponerse a fallar, contratar a un jugador que valga mucho y dé poco. Encontrar un Lass y no dar 27 millones de euros no es fácil. Y el Sevilla teme fichar una mediocridad que no se corresponda con los retos en los que se mueve últimamente.

Jiménez le ha dicho a Del Nido que necesita un centrocampista. Es de suponer que de toque, porque Duscher, Lolo y Fazio ya garantizan nivel defensivo. Este verano se habló de Kuzmanovic y años atrás del croata Modric. Es un tipo de futbolista que no tiene Jiménez, pero encontrar eso en un mercado de invierno es una quimera. Cabe preguntarse si realmente el Sevilla necesita fichar, si no será esto un calentón por la mini-crisis más que una necesidad real. Igual habría que mover un poco el árbol, probar alguna alternativa táctica para ser menos previsible y, sobre todo, jugar con más alegría y seguridad. El Sevilla lo tiene fácil: echarle un vistazo al vídeo del partido ante el Madrid. Jugó el partido perfecto. Entonces nadie decía que había que fichar en enero.