Alonso está en la fábrica de sueños

Alonso está en la fábrica de sueños

En Maranello no se fabrican coches, lo que se construye allí son sueños. Porque conducir un Ferrari es mucho más que tener entre manos un superdeportivo exclusivo y fascinante, es sentirse parte de la historia del automovilismo, entrar en la leyenda de una marca única y participar en la tradición de una referencia inexcusable en el mundo de la competición. Por todo ello, unos cuantos afortunados pagan lo que pagan por poseer una joya sobre cuatro ruedas que representa mucho más de lo que puede hacerlo cualquier otro vehículo. Puede que otros fabricantes ofrezcan una tecnología y una calidad comparables o incluso superiores a las de la marca italiana, pero ninguna puede presumir de tanta tradición, prestigio y pasión por los coches de altas prestaciones.

Por si todo ello fuera poco, en Maranello se construyen también monoplazas de F-1. Ahí es nada. Tienen sus propios departamentos de desarrollo y fabricación, claro, pero la esencia de los coches de calle es idéntica a la que emanan los de competición: la búsqueda de la excelencia, el máximo rendimiento, el disfrute de la conducción al límite Lo que esta fábrica significa lo saben mejor que nadie los incondicionales de Ferrari, millones en todo el mundo aunque la mayoría no llegará a subirse jamás al coche por el que suspiran. Y allí, a este santuario pintado de color rojo y en el que se adora a un Cavallino Rampante, ha llegado un asturiano como su nuevo líder. Fernando Alonso en Maranello, sí señor. Y esto no es un sueño, sino una realidad listos para disfrutar.

de la historia del automovilismo, entrar en la leyenda de una marca única y participar en la tradición de una referencia inexcusable en el mundo de la competición. Por todo ello, unos cuantos afortunados pagan lo que pagan por poseer una joya sobre cuatro ruedas que representa mucho más de lo que puede hacerlo cualquier otro vehículo. Puede que otros fabricantes ofrezcan una tecnología y una calidad comparables o incluso superiores a las de la marca italiana, pero ninguna puede presumir de tanta tradición, prestigio y pasión por los coches de altas prestaciones.