Tuve la fortuna de coincidir con Müller en muchísimos partidos. Era un delantero muy incómodo de marcar. Potentísimo, físico como pocos e imposible de mover si había logrado ganar la posición. Además, iba muy bien por arriba. Sabía rematar como pocos y aprovechaba la potencia de sus piernas para ganar en el salto a cualquier defensa. Tenía un tren inferior muy potente, similar al de Agüero, aunque creo que era mucho más fuerte. Y, sobre todas las cosas, era muy listo. En ese aspecto me recuerda mucho a Raúl, aunque nuestro capitán conseguirá adelantarle en la faceta realizadora en breve.

Hay muchos aspectos en los que Raúl y Müller se me parecen. Ambos fueron hombres de un solo club, aunque el alemán terminase su carrera deportiva en EE UU. Tenían el gol entre ceja y ceja y mostraban ese carácter ganador capaz de contagiar al resto de la plantilla. Es una pena que futbolistas como estos se terminen extinguiendo porque Müller, como nuestro capitán ahora, es un ejemplo para los jugadores más jóvenes. La fidelidad a un club es complicada de ver hoy día, y Raúl todavía la mantiene y estoy convencido de que la mantendrá. Eso sí, el 7 superará al Torpedo en goles en Europa. Seguro...