Éste es mi Atlético de Madrid

Éste es mi Atlético de Madrid

Cada día me siento más orgulloso de ser del Atlético. Y en días como el de ayer me confirmo en esta creencia. Quique y su gente se ganaron el quite del perdón a su manera, es decir, sufriendo, ya que hasta el final no pudieron remontar la eliminatoria ante el Recreativo, que tan difícil se había puesto en Huelva. Y lo hicieron de forma que a todos los aficionados casi nos diera un infarto. Todo vale en el Calderón. La noche fue mágica. Incluso Roncero, quédate con el detalle, hemos hecho una remontada que no saben hacer ni los galácticos. El Atlético salió a por todas y en esta ocasión sí que hubo actitud por parte de todos los futbolistas. El 3-0 del descanso era la demostración de que nadie escatimaba el esfuerzo. Y cuando se consiguió el cuarto parecía la faena hecha, pero salió la penitencia de la defensa, que comenzó a regalar ocasiones de gol al Recreativo. Menos mal que De Gea estuvo colosal. Quique se atarugó al no sacar mucho antes a Raúl García y Assunçao regalaba el tanto visitante. Menos mal que Simao conseguía el gol de la alegría.

La afición seguía animando y al final todos creyeron en el milagro y éste llegó. Ya era hora. Los atléticos de a pie veníamos soñando con una machada de este calibre desde hace más de diez años. Ahora la final de la Copa parece un camino de rosas, pero este equipo sigue necesitando muchos ajustes. Menos mal que mientras esta bendita afición siga en pie, este Atlético será capaz de todo. De lo bueno y lo malo. Así es mi Atleti. Diferente. Con todas las carencias de esta temporada, Neptuno está cada día más cerca de darse un homenaje. La Copa es el premio que nos está esperando.