Optimismo salpicado de prudencia

Optimismo salpicado de prudencia

Asumo que debemos ser prudentes, pero no me van a negar ustedes que es un gustazo ver a Alonso liderando una tabla de tiempos y con una ventaja de las que asustan. Sé que sólo ha sido su primer contacto con el coche en los primeros entrenamientos de la pretemporada. Demasiado pronto para sacar conclusiones, sin duda, lo que no impide que los más de treinta mil aficionados (se dice pronto) que ayer estuvieron en Cheste disfrutaran de lo lindo y, sobre todo, volvieran a soñar con una grandísima temporada de Fórmula 1. Ferrari abandonó pronto la evolución de su coche 2009 para centrarse en el del año siguiente y parece que el trabajo de todos estos meses marcha en la dirección correcta. Si a eso sumamos las manos de Fernando, ahí queda su tiempazo...

Dejando para más adelante análisis pormenorizados de los resultados invernales, lo que desde ya no admite discusión es el enorme compromiso que el asturiano asume con cada uno de sus equipos. Es lo que hemos dicho tantas veces: si la mecánica no defrauda, quien seguro tampoco lo hace es Alonso. Massa ya anticipó el potencial del nuevo F10, pero cuando el español se ha puesto a sus mandos hemos refrendado que la cosa pinta muy, pero que muy bien. Las diferencias respecto a los otros pilotos (empezando por un magnífico De la Rosa) van a dar que pensar a sus rivales, porque es significativa en un circuito corto y revirado como el valenciano. Insisto, queda todo por delante, pero mejor empezar así que de otro modo.