La valentía no precisa publicidad

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Vuelve Cristiano, cuya ausencia ha disimulado bien el Madrid. Pero una cosa es disimular y otra no echar de menos al jugador más determinante del fútbol mundial. Pellegrini sabe que nadie pesa más que él en el equipo y si se esmera en explicar lo bien que le ha ido al Madrid en su ausencia es para darle valor a la plantilla de vestuario hacia afuera y hacia dentro. Probablemente en otras circunstancias el chileno le ahorraría el partido de Jerez, con el Lyon llamando a la puerta, pero el estado de ansiedad del portugués lo hace contraproducente ahora.

Vuelve, pues, Cristiano. Y vuelve como se fue. "Que sigan pitándome", dijo en Cuatro. Mensaje equivocado por innecesario. Nadie ha puesto en duda su valor en ambientes adversos y frases así no le ayudarán ni a él ni al equipo. Ayer mismo, Competición le metió sólo un partido a un jugador del Racing por un codazo más alevoso que el suyo a Mtiliga, sin el atenuante, además, del agarrón previo. Cristiano debería hacer más por desmentir una mala imagen que no responde a su intachable comportamiento cuando entrena y a su ambición cuando juega. Y no se me ocurre nada mejor que dejar de hablar del público.