No ha sido una buena semana para el mister. No estuvo lúcido en Lyon y tampoco le ayudó la prescindible entrevista concedida a los medios del club. Ayer le tocaba hablar en conferencia de prensa y lo del viernes se podía haber evitado, aunque me consta que Pellegrini lo hizo con la mejor fe imaginable en un entrenador: la de alimentar la autoestima de sus jugadores. En cualquier caso, lo que sí me atrevo a decir es que el chileno no corre el menor peligro (él mismo lo dice) y que el Bernabéu valora y respeta su trabajo.
El madridismo está deseando que cuaje un proyecto de banquillo. El día que cayó Del Bosque fue una fatalidad, porque dio pie a un carrusel incontrolado que terminó en López Caro. Never more, never more, never more. Florentino es el primero que está deseando que esto cuaje, porque eso legitimaría un proyecto consolidado y firme. Valdano apostó por el entrenador que durante cinco años impartió cátedra en el Villarreal. Allí creó un estilo de juego estético y ético. Aquí lleva meses intentando lo mismo. Olvidemos el accidente de Lyon y dejemos crecer al Madrid de Don Manuel...
