El gran escollo para que España, el mejor equipo del mundo, firme la Copa Davis por tercer año consecutivo llegará en Francia, del 9 al 11 de julio. Es la Francia de Tsonga, Monfils y los buenos doblistas Llodra-Benneteau. Es la semana inmediatamente posterior a la final de Wimbledon. Si los franceses son buenos franceses, lo normal será que metan a los españoles en la corraleta acalorada y cubierta de París-Bercy, a muchísimos grados de temperatura y con bolas voladoras: la peor pista posible para la Gran Armada del tenis mundial y una moqueta ideal para los atléticos Tsonga y Monfils. Pero la profundidad del equipo español de Davis se ve escalofriante. Ante Suiza, España no usó ninguna de sus tres balas doradas: Nadal, Verdasco, Ferrero. Tampoco, Feliciano López, el matador de la Davis 2008, en Mar del Plata.
Y Francia puede contar que, si no se cruzan lesiones o incidentes, estos cuatro mosqueteros españoles estarán disponibles para el tremendo combate de mediados de julio: y Nadal, el primero. Rafa no iba a tirar de energías para el duelo ante una Suiza menor, sin Roger Federer. Pero Nadal, que sabe la clase de infierno que espera en Francia (y si es París, más llamas caerán sobre él), ya ha hecho saber su decisión de estar disponible para esta 'eliminatoria de la muerte'. Para Rafa sigue siendo un honor jugar por su país y con sus compañeros. Hoy ya dormirá Nadal en Indian Wells. Pero en julio, Rafa pisará Francia. Será apasionante.
