Seis es el número. El de las victorias que restan por lograrse para asegurar la permanencia y cuanto antes se logren mejor. Es más, conviene aprovechar la buena ola en la que ahora 'vive' el Murcia en espera de que las cosas se puedan torcer, de que puedan llegar (que todo es posible en esta igualada... por lo malo, por lo mediocre Segunda) un par o tres de malos resultados. Conviene por eso seguir como hasta la fecha en este 2010: con la voracidad de un caníbal, con la humildad de un currito con laburo recién estrenado y con la unión que destila este Murcia que, se está viendo, no estaba tan mal 'parido' como se pensaba en aquellas semanas en las que todo era negativo. Sí, el tiempo le está dando la razón a la denostada estructura deportiva... porque, ¿imagino que ahora también hay que atribuirle la paternidad a los mismos técnicos de la Casa Grana, no? A la vista está que el plantel, mejorable obviamente, está más cerca de la zona de arriba que de la ruina a la que nos habían acostumbrado tantas jornadas sin saber ganar ni tan siquiera un partido. Probablemente ese mal inicio fue producto de un cocktail en el que cupieron la mala suerte, la falta de mano izquierda del anterior entrenador para llevar unido al 'rebaño' (al que laboriosidad y ganas no se le pueden reprochar) y acierto goleador.

Todo eso lo tiene ahora un Murcia en el que Jose, que probablemente no es el mejor entrenador del mundo, si está demostrando ser el idóneo: ha logrado paz y puntos.