Confieso que era escéptico respecto al fichaje de Néstor Gorosito. Y no lo digo por ese tono chuflesco con el que se le recibió por su parecido con Capullo de Jerez. Más allá de la guasa, Pipo no llegaba con un palmarés suculento en éxitos, además de no tener experiencia en Europa. Fue futbolista de los que gustan en Jerez: toque, categoría y duende. Gorosito llegaba marcado por su truculento paso por el banquillo de River. Mala época y mal fútbol, sí, pero también futbolistas del montón.

Estuve en Argentina hace 20 días y fui a ver a River (¡soy millonario, soy gallina!) ante el Arsenal de Grondona. El equipo da pena. Mandan Almeyda y Gallardo, contemporáneos del Pipo. Me preguntaron muchos por él y se sorprendían al saber que le iba bien. Les dije que Gorosito fue valiente alineando a dos puntas arriba, que sacó el orgullo al vestuario, que se cargó a intocables como Renan, que activó a Orellana... Entonces alguien me preguntó: "Pibe, ¿vos sos gorosista?". Y allí, en Buenos Aires, en la popular del Monumental de River me salió un sí sin pensarlo. Seamos sinceros, el tipo se lo ha ganado. De Lussenhoff hablamos otro día...