Ricky era el que faltaba

Ricky era el que faltaba

La cara de Jorge Valdano al final del encuentro del jueves era un poema. Un joven jugador de 19 años, llamado Ricky Rubio, por el que pujó el pasado verano, acabó con el sueño europeo del baloncesto madridista en esta temporada. Lo hizo con su mejor actuación desde que llegó al equipo azulgrana -19 puntos, cinco rebotes, dos asistencias y nueve faltas personales provocadas- frente a dos jugadores de experiencia y calidad contrastada como Pablo Prigioni y Marco Jaric, a los que volvió materialmente locos y no les dejó ni capacidad para dirigir a su equipo. Y si el martes era Navarro el que sentenciaba al Real Madrid, ayer, su joven escudero hizo lo propio, demostrando que cuando ambos están a su nivel, pocos rivales aguantan su vertiginoso ritmo.

Aun así el Real Madrid nunca giró la cara al encuentro y tuvo sus opciones, especialmente merced a un Sergi Llull sensacional y al esfuerzo de sus pívots Tomic, Reyes y Garbajosa. Mientras Navarro y Ricky destrozaban la defensa blanca, ellos dominaron en el juego interior hasta que Lorbek y Fran Vázquez neutralizaron su efectividad. Alguien comentaba estos días que la diferencia entre el actual Barcelona y el Real Madrid era el bloque. Mientras los de Xavi Pascual son un bloque definido y con dos líderes, el equipo de Messina sigue sin tener esa solidez y, lo que es peor, carece de un auténtico líder.