China, una carrera de ambiciones

China, una carrera de ambiciones

Una victoria sobre tres posibles no es que deba ser considerado un mal balance. Pero reconozco que, personalmente, las complicaciones de Alonso en los dos últimos grandes premios me han dejado un poco frío a la vista de las expectativas que había despertado su triunfo en Bahrain. Sabíamos que el Mundial no iba a ser un paseo para el asturiano, pero el cuarto de Australia (después de una magnífica remontada) y, sobre todo, el abandono de Malaisia me han sabido, creo que a todos, a poco para el potencial que tienen Fernando y su monoplaza rojo. Así que la de China debe ser una carrera de ambiciones, de romper una racha poco favorable, de demostrar que el F10 es un gran coche y que aspirar al título es mucho más que un sueño de ilusos.

Una victoria de Alonso en Shanghai, o al menos un cajoncito, subiría mucho la moral de la tropa. Ante los tropiezos hay que responder con decisión y coraje, así que un resultado de esa entidad es casi obligado para seguir en la pomada. Por supuesto que queda mucho campeonato... aunque cada carrera que pasa es una menos. Y todos somos ya conscientes de lo mucho que se puede llegar a echar de menos al final de la temporada cada punto que se ceda. Y quizá incluso más en ésta, tan igualada y de tanta alternancia en cabeza. En Maranello confían en sus coches y en sus motores, nosotros confiamos en Alonso y el propio piloto lo hace en su talento, así que la resolución parece sencilla: toca ganar. No se trata de meter presión. Sólo, ya digo, de ser ambiciosos...