Que no se hagan ilusiones Mourinho ni los que llevan meses haciendo campaña para que aterrice en el Bernabéu. Cumple con el requisito básico para sentarse en el banquillo pero hay otros candidatos. Empezando por el que ocupa ese lugar ahora. El requisito es llegar curtidito. Y eso Pellegrini lo ha logrado en este ejercicio. Ya sabe que no se puede ser amable con todos, ni jugar de forma absurda con las rotaciones. Tampoco se puede tirar ninguna competición pero, lo que resulta pecado mortal, es regalar la Champions. El chileno parecía preparado, aunque el máster lo ha sacado ahora.

Mourinho está resabiado, tiene oficio y manda. Con él no habría titubeos ni dudas sobre cómo gestiona la plantilla. Tampoco le temblaría el pulso para imponer la efectividad sobre la brillantez. Y ahí llega el primer problema. No ha habido técnico más efectivo en los tres últimos lustros que Capello. Vez que dirigió, vez que ganó la Liga. Pero los socios no le tragaban y acabó desquiciado y haciendo peinetas. Da repelús que Mou disfrute metiéndose en todos los charcos. En las alturas no está bien visto que su entrenador se pegue con todo el mundo. ¡Ah!, y tampoco olvidan que el pasado año diera calabazas al Madrid.