Alonso supo evitar el desastre

Alonso supo evitar el desastre

Si hay algo que a Fernando Alonso le duele más que no ganar es cometer errores. Le enfurece fallar. El sábado su cabeza era como el volcán islandés. Lo ocurrido en la curva Massenet fue una tortura moral, pero tras un día de cólera llegó una noche de reflexión y una mañana de fiereza controlada. Su fijación era realizar una remontada antológica. A mayor desafío, mayor determinación. En un escenario difícil había que intentar una opción radical para pescar algo. Los mecánicos reconstruyeron el F10 en unas horas, Domenicali y sus ingenieros optaron por una estrategia atrevida y Fernando hizo el resto. Todos acertaron. La escalada fue prodigiosa. El riesgo obtuvo premio y el náufrago se salvó cuando estaba a punto de hundirse.

Lo que el sábado apuntaba a desastre acabó en un botín de ocho puntos sobre Button y con pérdidas moderadas ante los dos Red Bull, Hamilton y Massa. Alonso fue el héroe de Mónaco, junto a un Webber imponente que es claro candidato al título. El australiano está haciendo volar el avión que le ha entregado Newey y ya discute el liderazgo de Red Bull a un Vettel que parece abrumado ante el estado de gracia de su compañero. La película sigue su curso y habrá más altibajos pero al final, como casi siempre, ganarán los mejores.