Palop, de negro (y oro) para ganar

Palop, de negro (y oro) para ganar

El 11 de febrero nos citamos con Palop en la Puerta de Jerez. Apareció tan fresco con su hijo mayor Adrián y su esposa Raquel, pero la noche anterior había sido casi peor que estar en la mina. Andrés Palop, leyenda ya del sevillismo, fue el héroe en Getafe. Infranqueable, resistió hasta el final y se besó el escudo en señal de pertenencia. Del Nido bajó al vestuario y, literalmente, se quitó el famoso sombrero ante el capitán. Esta es la Copa de Palop, porque además de su hazaña en Getafe fue capaz de tumbar al Barça en octavos, una de las pocas noches en las que se ha visto a Messi llorar en un vestuario.

Palop sabe que hoy se viste de torero. Jugará de negro (y casi oro). Si gana, le subirán a hombros en la Puerta de Jerez, levantará físicamente la primera Copa de su carrera. Por eso mira con tantas ganas el premio. Por eso y porque siente que tiene que terminar el trabajo que empezó en enero. Durante días, el Sevilla lo ha visto mal. Las sensaciones no eran los mejores, sus jugadores caían como moscas y su estrella, Luis Fabiano, se despedía por carta de la afición. Pero algo ha cambiado desde el sábado. El gol de Rodri pasada la hora en Almería, el perdón in extremis a Negredo. Hay señales. Y a ciertos sevillistas no les hace falta ni eso. Les basta con escuchar a Del Nido, que va a arenga por día desde la cena del sábado en el Club Mediterráneo de Almería. El Camp Nou se llena hoy con 32.000 sombreros y al Sevilla cualquier ayuda le parece poca. "Juega con nosotros, somos de todos", se deja querer el eslogan en la camiseta de la final. Sombreros al aire, a jugar.