Armstrong olía y ahora apesta

Armstrong olía y ahora apesta

Las acusaciones de Landis son demoledoras. Tanto que suponen una estocada, otra más, al ciclismo. Ojalá sea la definitiva. Sí, para que desaparezcan todas aquellas personas que han conducido al ciclismo a esta agonía. Es como para suspender de toda actividad al ciclismo y comenzar a construirlo desde cero. Con otras personas, con otras estructuras, con otras reglas. El ciclismo actual no vale. Está muerto. Landis se burla hasta de los esfuerzos de las agencias antidopaje por pillar a los tramposos. No le falta razón. La nuestra, firmando convenios en Melilla para que seamos buenos y sin enterarse de las acusaciones de Landis hasta la llamada de este periódico doce horas después de que se conociera la noticia y que ponen a Girona en el punto de mira.

No sé si las acusaciones de Landis entrarán en el marco jurídico y lo mismo no pasa nada, pero lo que ha dicho flotaba en el aire. Por ello es fácil de suponer que el Tour y la Vuelta vetarán a Armstrong y a su nuevo equipo dirigido por Bruyneel, sobre el que recaen también gravísimas acusaciones. Son los culpables de que el ciclismo esté bajo sospecha generalizada. Por eso no se puede contar con nadie del pasado para construir el nuevo ciclismo. Una prueba más: está a punto de saltar un positivo por parte de un corredor que viene de la época más oscura de nuestro ciclismo. Cuanto huele al pasado apesta. Lo siento, pero esa es la conclusión. Armstrong olía y ya veremos qué peste deja. Ojalá sea para empezar de cero. Esta vez de verdad.