El Madrid cogió un asa de la Copa

El Madrid cogió un asa de la Copa

Noche de nostalgia para los madridistas. No estaban en su santuario del Bernabéu ni Cristiano, ni Casillas, ni Ramos. Y eso duele. Pero en general casi todos vimos la final de este 22-M con una sonrisa en los labios. No seamos hipócritas. La ausencia del Barça fue un respiro que sólo podemos entender los que llevamos impregnado el ADN blanco en las venas. La sola idea de ver a tu máximo rival con 50.000 seguidores coronando el Everest del fútbol en tu propia casa para después dirigirse a los dominios de tu símbolo sagrado (Cibeles) para celebrar la Champions, suponía una pesadilla sin fecha de caducidad. El Inter nos libró de ese martillazo en los pulgares...

Mourinho es el culpable. Este hombre da más miedo a sus rivales que la cornada de Julio Aparicio. Desde la temporada pasada, los legionarios de Mou han conquistado cinco títulos consecutivos. Y si ganan en agosto las dos Supercopas, habrán pulverizado el que parecía inalcanzable récord del Barça. Por eso, el histórico éxito de Mourinho se vio como el éxito futuro del Real Madrid. Lo hizo en su nueva morada, el Bernabéu, y se familiarizó con el verbo que este estadio quiere pronunciar de nuevo con la voz muy alta: G-A-N-A-R.

Ver llorar a los hinchas del Inter me recordó a lo vivido en Amsterdam en 1998. Nosotros llevábamos 32 años sin la 'orejona'. Ellos 45... Emociones cruzadas. Ese Sneijder disfrutando de su particular revancha, Etoo aumentando su increíble colección en el estadio en el que siempre soñó ser el más grande vestido de blanco... El Madrid no jugó. Pero ganó. El entrenador infalible ya es suyo. Sólo falta traer a Milito en el lote. Mou cinco estrellas...