No voy a ser tan hipócrita y tan electoralista como los candidatos a la presidencia del Barça que afirmaron esta semana en Punto Pelota que, durante el Mundial, iban a apoyar a las selecciones con más jugadores blaugranas. Pero sí voy a reconocer un interés muy especial por los futbolistas del Real Madrid inmersos en este campeonato. Y particularmente por Kaká. Aunque, seguramente, mis sentimientos hacia el brasileño podrían resultar un tanto mezclados. Sé que no lo veré jugar con la selección de Brasil con mucha tranquilidad. Haga lo que haga, el recuerdo del sorprendente fracaso de su primera temporada madrileña vendrá a perturbar mi percepción. Y creo que la mayoría de los madridistas sufrirán ese mismo síntoma.

Si, en este mes de competición, Kaká no rinde al nivel establecido por su talento y su estatus, estallará nuestra preocupación. Y si, en cambio, vuelve a comportarse como un Balón de Oro, no podremos evitar lamentarnos por lo que no hizo con la camiseta blanca. "Si éste Kaká hubiera estado frente al Barça y al Lyon", pensaremos. Espero que su hipotética buena actuación en Sudáfrica sea una base sobre la cual Mourinho pueda trabajar. Porque, querido Ricardo, ¡nos debes una!