Ni tiqui ni taca, Villa y nada más

Ni tiqui ni taca, Villa y nada más

Del Bosque analizó la derrota ante Suiza y llegó a la conclusión de que a España sólo le faltó velocidad arriba, acierto en el remate y acciones individuales para romper el cerrojo rival. Si se decidió por Villa, Torres y Navas fue precisamente por eso. Al ya nuevo jugador del Barcelona le pidió que encarase a los defensas, que pisara el área y que insistiera ante el gol. Le puso a Torres para fijar a los centrales y ayudarle en la búsqueda de huecos, y a Navas para que, con desborde y precisión, pusiera balones a los delanteros, en especial al Niño. El primer gol de Villa fue un compendio de lo que le pidió el seleccionador. Regate, desborde y gol. Eso que Del Bosque alaba tanto de Argentina, la pegada de Higuaín, Messi y Agüero, la sacó ayer el Guaje. Torres también lo intentó, pero le faltó suerte. Normal por la inactividad. Lo importante es que ha vuelto.

Habrá debate sobre si el cambio afectará al tiqui-taca, pero lo que queda resuelto es que Villa, al menos ante defensas a lo Mourinho, rinde más si tiene cerca a Torres, que es el que arrastra y le abre huecos. Luego, cuando el Niño se marchó, Del Bosque pegó el volantazo y, ya sin Xavi, abrió el campo con dos extremos: Navas y Mata. ¿La razón? Pues que Del Bosque sólo cree en el tiqui-taca al completo. Empezamos el partido sin Silva ni Iniesta, que ya es tiqui a secas, y lo terminamos sin ellos y sin Xavi, que ya no es ni tiqui ni taca. Esto es un bandazo en toda regla. Pero hay que reconocerle cintura a Del Bosque. Porque la situación, tras la derrota ante Suiza, nos llevó a las urgencias. Démosle al seleccionador un voto de confianza. Se ha echado al monte. Pero ahora, con tres puntitos, igual se serena y recupera nuestro estilo y nuestra identidad.