Al Atlético le está pasando este verano el mismo problema que tuvo el pasado a la hora de las posibles salidas: las altas fichas de sus jugadores. Por Simao han existido algunos sondeos, pero en cuanto preguntan por sus emolumentos las operaciones no cuajan. La crisis es evidente y hasta en algunos casos los dirigentes rojiblancos han tenido que sondear la alternativa de las cesiones, pagando ellos la mitad de los emolumentos, para conseguir aligerar la plantilla. Esta política económica la adoptó el Consejo como único recurso para mantener a sus estrellas. Tanto Agüero como Forlán se pueden codear con los mejores en sus ganancias y hasta Torres no se marchó al Barça cuando Laporta supo lo que ganaba y que era imposible pagar en esos momentos.

Ahora la batalla es dura, para intentar rebajar los dineros que se llevan los jugadores como está sucediendo en el caso de Tiago. Tanto Cerezo como Gil Marín han aprobado un presupuesto en el que hay una reducción de aproximadamente un veinte por ciento en el gasto del fútbol profesional. La salida la tienen clara. Hay que apostar por la cantera y por eso ahora luchan para intentar el cambio de cromos en los fichajes que se están intentando. Se acabaron los tiempos de crédito ilimitado a los galácticos. Las arcas tienen un límite y no se puede pasar del mismo. Al final a Simao se le intentará colocar en cualquier operación y desde luego hay que reconocerle que es uno de los líderes en un vestuario que desde hace tiempo anda muy escaso de ellos.