Un día más que hemos superado sin daños. Bueno, salvo la dura caída que ha sufrido el combativo Amets Txurruka. Pero me refería a la lucha por el triunfo. Toda hoja que se arranque sin novedades en el calendario del Tour es un peldaño más en el camino hacia el podio de París. Y ésta podría haber sido una etapa complicada, con esas largas rectas que parecía que estábamos en La Mancha. Si llega a soplar el viento lateral habría sido una jornada problemática, porque al Saxo Bank y al RadioShack se les vio atentos en cabeza, listos para montar el abanico, cuando el aire se movía lo más mínimo. Se ve que el equipo de Armstrong estaba dolorido con el resultado de la etapa del pavés. No es normal que un bloque tan fuerte como éste recibiera un varapalo en un terreno que tenía que haber sido el suyo. Al llegar a los tramos de pavés vimos como el Saxo Bank, el Cervelo e incluso el Astaná, lucharon por ganar posiciones para entrar en cabeza. En cambio, al RadioShack le pilló en fuera de juego. Armstrong sólo tuvo a Popovych para ayudarle cuando pinchó. Leipheimer, Klöden, Brajkovic, Horner y compañía se quedaron por detrás.

Tuvimos el primer sprint masivo verdadero. El primero quedó desvirtuado por las caídas. La victoria de Petacchi parecía no tener demasiado valor, pero ayer lo recobró cuando vimos como el italiano volvía a vencer con un poderío impresionante. Freire iba estupendamente colocado, pero como confesó, ayer no le funcionaron bien las piernas. Ya llegará su día.