Tarjeta roja merecida para Ferrari

Tarjeta roja merecida para Ferrari

Ni planificándolo a conciencia se puede afear más una victoria que la de ayer de Fernando Alonso en Alemania. Ahora tendríamos que estar alabando la extraordinaria evolución de Ferrari o la gran carrera de sus dos pilotos, pero la ya más que manifiesta torpeza de Stefano Domenicali ha vuelto a poner a la Scuderia en el punto de mira y con toda la razón del mundo. Los reglamentos en el deporte están para cumplirlos y cuando no se está de acuerdo con ellos no hay que esperar a infringirlos o ser una de las partes implicadas para cuestionarlos; hay que hacerlo antes de comenzar la temporada, cuando nadie pueda salir perjudicado o beneficiado.

Si Ferrari cree que no debe haber órdenes de equipo, que lo expongan claramente y se lo transmitan cuando finalice la temporada al presidente de la FIA, Jean Todt, que por cierto cuando era el jefe de la escudería del Cavallino Rampante se hartó de infringir esta norma hasta el punto de que se endureció hasta los niveles actuales por lo sucedido en el GP de Austria de 2002, cuando Barrichello se dejó pasar por Schumacher incluso con más descaro que ayer con Fernando Alonso.También me es imposible descifrar cómo en un equipo de este nivel se pueden encadenar tantos errores. Primero, el tipo que le dice a Massa que va lento, luego a Massa dejándose pasar con toda la mala leche del mundo, luego otra vez el crack de la vocecita perversa loando la generosidad del brasileño y, por último, el poco creíble paripé de los dos pilotos en el podio. Peor imposible...