El ciclismo español nos tiene tan acostumbrados a sus éxitos que quizás no los valoramos en su justa medida. Por si no se han dado cuenta: llevamos cinco Tour consecutivos, lo mismo que hizo Indurain, pero con tres corredores: Óscar Pereiro, Carlos Sastre y los tres de Alberto Contador. Lo he dicho en diversas ocasiones, pero no me canso de repetirlo: tenemos el mejor ciclismo del mundo y al mejor ciclista mundial. Contador no ha rendido este año a su altura real, pero aún en su versión más corta, ha sido el mejor sin discusión. Únicamente Andy Schleck ha estado a su altura, pero no le pudo superar en la montaña y estuvo por debajo en las cronos. Si no sale alguien nuevo, que de momento no se ve, el luxemburgués seguirá siendo el rival de Alberto en los próximos Tour. Y mucho tendrá que mejorar en las contrarrelojs para poder competir con nuestro campeón. Es muy joven y debe progresar, pero también lo es Contador, al que le queda cuerda para rato.

Este año sólo nos hemos llevado una etapa, la de Purito Rodríguez en Mende. Aunque al menos podían haber caído otras dos, las que se llevo Andy. La de Avoriaz porque a Samuel Sánchez le pudo la ansiedad y la del Tourmalet porque se la regaló Contador. En todo caso los españoles han pasado el Tour con nota muy alta. No sólo nos hemos llevado el premio gordo, hemos tenido presencia en casi todas las fugas y colocamos a otros dos corredores más entre los diez primeros. Purito (octavo) y Samuel (cuarto). Lástima que el asturiano se haya quedado a un paso del podio, pero nadie le quita su gran actuación.