Para Tiago tuvo que ser duro escuchar el pasado viernes que no tenía sitio en la Juve y que sería la cuarta elección para Delneri por detrás de Sissoko, Marchisio y Felipe Melo. Más aún cuando haya leído las palabras de Prandelli y la Nueva Italia, sin catenaccio, sin ataduras. Pero es que el portugués se marcó un órdago nada más aterrizar en España que está pendiente de salirle bien o salirle por un pico.

Endulzó su llegada a España con palabras de liberación y de alabanza, pero arriesgó elevando el nivel de su queja contra Italia y contra la Juve. Ahora Marotta se lo quiere hacer pagar con un año en blanco o con un recorte de su sueldo. Pero en realidad, la estrategia del futbolista se ha hecho aún más fuerte a medida que aplazaba su viaje a Madrid. En el Atlético le echan de menos a la hora de iniciar el juego y esa es la baza que sigue jugando el portugués para ir poco a poco arañando tiempo y con ello dinero. Ahora bien, el club rojiblanco tiene previsto no hacer locuras y para él esta mano empieza a abarcar un riesgo insoportable. En Turín le esperan de uñas y en España, con las rebajas. Un año sin rascar bola al pie de los Alpes no suena nada apetecible...