Scariolo no lo está teniendo fácil en estos partidos de preparación para el Mundial. Según crece el nivel de los rivales, con menos jugadores cuenta. Comenzó la gira con Llull en el banquillo. Luego fue Navarro quien necesitó recuperarse de su espalda. Después cayó Rudy. En el último partido fue Marc Gasol quien tuvo que abandonar la cancha prematuramente. Garbajosa y Mumbrú también han estado con molestias. Pese a estas contrariedades la Selección ha ganado sus siete partidos. Si a la ausencia de Paul Gasol se unen las bajas de jugadores importantes, es mérito de Scariolo haber encontrado soluciones a los problemas para mantener un alto nivel competitivo ante rivales cada vez de mayor entidad.

Scariolo, además, está manejando a los jugadores con habilidad. Quiere que todos se sientan útiles. Esto es importante porque, no lo olvidemos, les está preparando para el Mundial. Les cuida, les mima y reparte los minutos con calculadora. Quien más ha jugado es Calderón (20:50 minutos de media); el que menos, Claver (14). Un equilibrio difícil de conseguir, porque no hay plantilla tan buena en ningún equipo como para que los mejores no jueguen ni medio partido. Pero de momento está logrando sacar el máximo rendimiento de los jugadores útiles en cada encuentro. De otra manera no hubiera ganado los siete partidos. Scariolo pasó de villano a héroe en el último Europeo, y los jugadores ahora creen en él.