La muerte en directo

La muerte en directo

Ayer murió un motorista. El japonés Shoya Tomizawa. Ante miles de espectadores y con la televisión transmitiendo las imágenes en directo al mundo. Carmelo Ezpeleta es el consejero-delegado de Dorna, la empresa organizadora del Mundial de motos, y tiene la sensibilidad de no alimentar el morbo cuando se produce un accidente serio. Dorna es también responsable de la realización de televisión y en cuanto se confirma la gravedad de algún percance no se ofrecen imágenes del accidentado ni de su evacuación. No es una cuestión de ocultar información ni de aparentar que aquí no ha pasado nada. El drama existe, se informa de cuanto sucede, pero no se hace un espectáculo de la desgracia repitiendo la mortal imagen.

Al motociclismo tampoco le haría ningún favor. Ya sabemos que es un deporte de máximo riesgo. Después del montañismo, el deporte profesional con más víctimas. El debate se reabre cuando suceden accidentes como el de ayer. En la montaña mueren muchísimas más personas que en los circuitos, pero del montañismo no se hace un espectáculo. Las motos sí lo son. Hasta cien mil espectadores acuden a las carreras; las audiencias superan los quince millones. Y se sabe que tarde o temprano morirá algún piloto. Desde que se mató Kato han pasado siete años. Pero las víctimas no se producen sólo en este Mundial. La pasada semana falleció Lenz en una carrera de promoción previa al GP de Indianápolis. El riesgo siempre está ahí. La muerte acecha.