Aquí no se regalan los aplausos

Aquí no se regalan los aplausos

A Cristiano no le arruga nadie. Ni siquiera el Bernabéu, por lo visto. Aceptemos que es el futbolista más completo del mundo y un espectáculo en sí mismo. El madridismo siente el orgullo de verle vestido de blanco, pero no le exime esta admiración de respetar las normas históricas del club. Ni Gento, seis Copas de Europa, ni Di Stéfano ni Raúl se atrevieron nunca a reprender a la afición porque pita, porque calla o porque se marcha del campo. Cristiano corre el peligro de equivocarse si continúa por ese camino. Su camino es el del gol, el que le hace grande y deja al mundo boquiabierto, y precisamente ahora en esto no anda fino.

El Bernabéu es soberano y bajo su implacable juicio han pasado los mejores futbolistas del mundo. Si Cristiano se molesta porque le pitan, le convendría reflexionar por si algo está haciendo mal. Seguro que la afición le ovacionará a él y también al equipo cuando hagan méritos. Este es el mejor club del mundo y los aplausos no se regalan.